18 de mayo de 2010
"Pudiera ser, pero da mucho pan a los humanos y deleita con el arte y la destreza de los hombres que se visten de luces".
Un firmante bajo seudónimo en Fuerza Nueva (12/26-12-87), añadiendo que la muerte del toro es "honorífica"; "los
más bravos al ser arrastrados reciben las ovaciones más estruendosas de
rendida admiración. No se trata naturalmente de animales domésticos,
sino de fieras. Entre ellos se matan en peleas (...) siempre es mejor-y
ahora me refiero a términos humanos-morir fusil en mano que verse en el
paredón a ojos tapados esperando el fusilamiento".
Saber más: la opinión de Pablo Lora, autor del libro "Justicia para los animales, entrevistado en El País (7-3-10):
"Toda su argumentación (del filósofo Francis Wolff, pro corridas de toros) pende de una premisa muy cuestionable desde la etología y la zoología: la condición de bravura del toro que obliga a darle una muerte acorde: la que se da en los cosos taurinos, pues ése sería su fin o telos (...)"
" Si quien apunta a
la injusticia de esas otras formas de tratar a los animales como meros
recursos es sincero, se debería alegrar de que al menos una de ellas
-aunque no sea la más grave- desaparezca".
"Hay otras
instancias del uso de animales como meros recursos para la satisfacción
de preferencias humanas prescindibles. Los casos más flagrantes, la
producción de ternera blanca, el foie y el uso de animales para la
experimentación en cosmética".
La imagen del grabado superior, que ilustra esta entrada, es de José Delgado y Gálvez (1754-1801).
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