La corrida de toros como ficción
"Todos
los problemas de la corrida vienen de que su planteamiento se basa en
fingir un combate que no existe. Dos no se pelan si uno no quiere, y el
toro nunca quiere pelear. (...) Al salir al ruedo, el toro, siguiendo su
tendencia natural, se quedaría quieto o se quedaría de cara a la puerta
cerrada. A fin de evitarlo, se le clava la divisa, un doble arpón
hendido en su carnes para despertarlo y provocar una agresividad de la
que carece".
Jesús Mosterín, filósofo, en la revista Leer,
apela a los "valores de la ilustración" y propone convertir las dehesas
en reservas naturales, como las de los bisontes americanos. En la misma
publicación Javier Villán, periodista y crítico taurino, habla de una "indiscutible legitimación histórica y artística" de la "Fiesta".
En El País (29-7-10) escribe Fernando Savater: "Vuelve el Santo Oficio". También el propio Jesús Mosterín, que afirma:
"El Parlamento de Cataluña ha prestado un gran servicio a Cataluña, a
España y a la noble causa del triunfo de la compasión en el mundo". Calixto Bleita habla de "arte en estado puro", Luis Eduardo Aute de "rito", Agustín Díaz Yanes de "gran tragedia para Cataluña", Eduardo Arroyo de "empobrecimiento para Cataluña" y "tentativa de automarginación".
"Oportunismos
políticos aparte, el debate de fondo está entre quienes consideran
inaceptable que se haga un espectáculo público de la tortura a un animal
y quienes lo consideran justificado por razones de tradición y cultura.
Y este debate continuará porque forma parte de los dilemas morales de
la modernidad", escribe Milagros Pérez Oliva el 1 de agosto en este mismo diario.
Y mientras tanto:
"El
animal no se cansó de embestir en ningún momento, tomando el engaño
siempre con prontitud, codicia y clase, arrastrando el hocico por la
arena, yendo siempre muy humillado".
Tomado
de una crítica de agencias publicada en Diario de Navarra (2-8-10),
sobre un burel "que, sin llegar a ser toro completo en el caballo" fue
indultado.
Saber más:
- "Sólo entiendo la persecución en la cabeza de quien está dispuesto a obligar a un país rico, abierto y cosmopolita como Cataluña a convertirse en un rincón donde reine un ruralismo sospechoso y semifascista", había escrito Eduardo Arroyo en El País (4-3-10)
- "La crueldad no es una fiesta" Jesús Mosterín, en El País (6-6-10)
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